¿Cómo alcanzar nuestros objetivos de
ahorro sin fallar en el intento? Aquí algunas recomendaciones básicas.
1. Metas claras
Se deben trazar objetivos medibles, para ir evaluando el progreso en el tiempo
Es importante además ser realistas respecto a nuestros ingresos y compromisos financieros. De lo contrario, caeremos en la frustración y desistiremos de
ahorrar.
2. Cambiar si es necesario
Todo es perfectible. Si surge un gasto imprevisto, por ejemplo, médico, o si nos damos cuenta que habíamos fijado una meta muy alta de
ahorro, lo más razonable es replantear los objetivos.
Las aspiraciones pueden además variar por diversas circunstancias. Quizás ahora quiero comprar un coche, pero en seis meses cambio de opinión y decido
ahorrar para estudiar en el extranjero. Lo importante es que nuestro presupuesto se ajuste a ello.
4. Fondo de emergencia
Los expertos coinciden en que es importante contar con un fondo de emergencia. Este debería ser equivalente a entre tres y seis meses de los gastos recurrentes o ineludibles como el alquiler, los alimentos, etc.
5. Plazos cortos
Es recomendable trazar objetivos de
ahorro en horizontes de tiempo que no superen períodos anuales, sino al mes o a la semana. De lo contrario, no le daremos prioridad a la planificación financiera.
Además, cuanto más largo sea el plazo, más circunstancias pueden cambiar.
6. Orden
Es fundamental mantener un orden en el presupuesto. Se sugiere llevar por escrito, tanto los gastos como los ingresos, clasificados en cuentas: gastos en servicios, transporte, etc.
Si le cuesta mucho recoger el detalle de todas sus compras, al menos tenga claro cuánto gasta en promedio a la semana, por ejemplo, en el supermercado. De esta forma, cuando exceda esa cifra, se sentirá en la obligación de analizar en qué está gastando de más.