Si quieres que tus zapatillas reluzcan blancas este verano sigue leyendo.
Hoy te traemos muchos trucos para que dejes tus zapatillas blancas impolutas. Una aliada es la sal para limpiar las zapatillas de tela blanca. Las propiedades de la sal remueven la suciedad y realza el blanco. En primer lugar coge un cepillo para extraer la suciedad de dentro y fuera de las zapatillas. A continuación, límpialas con jabón. Antes de enjuagar, restrega con sal y deja actuar una hora. Enjuágalas con agua fría y detergente. Por último, déjalas secar a la sombra.
Otra opción es mezclar sal y leche. Esto hará que no solo se eliminen las manchas sino también los hongos y las bacterias. En este caso debes sumergir las zapatillas en la mezcla durante 3 horas. Después frótalas con un cepillo y enjuaga con agua y jabón.
Uno de los métodos más efectivos, rápidos y baratos son las toallitas húmedas de bebé. Un paquete de 72 unidades cuesta en torno a 1,60 euros, osea que cada limpieza solo cuesta dos céntimos. Primero pasa un trapo seco para quitar el polvo de tus zapatillas y luego quita las manchas con las toallitas húmedas. La otra opción es la del jabón lavaplatos. Y para las de ante puedes usar una goma de borrar.
La pasta de dientes también nos puede servir para limpiar la goma de las zapatillas o las de cuero. Solo necesitas un cepillo de dientes con agua y la pasta dentífrica. Por último, frota con un paño húmedo.
Un blanqueante natural se consigue con el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco. Esta opción es muy eficaz en las zapatillas elaboradas con tela. Igual que la mezcla de sal y leche elimina todos los microorganismos. Solo tienes que mezclar el bicarbonato con el vinagre y esperar a que baje la espuma que se crea. Frota con un cepillo. Deja actuar 30 minutos y enjuaga.
Si no tienes todos estos productos a mano el amoniaco y el jabón lavaplatos te salvarán. Utiliza un cepillo para quitar el polvo. Añade una cucharada pequeña de amoniaco en dos litros de agua tibia y agrega el jabón. Mantén los zapatos en la disolución una hora y enjúagalos.
El quitaesmalte también es eficaz. Humedece un disco de algodón con quitaesmalte y las manchas de desgaste desaparecerán.
A pesar de que la lejía es un químico muy fuerte puedes utilizarlo en alguna ocasión, sin abusar de ella. En todo caso, únicamente en la parte de la goma, no en la lona. Mezcla la lejía con agua y utiliza un cepillo de dientes para aplicarlo. De la misma manera sirve el alcohol.
Meterlas en la lavadora puede dar un buen resultado. Sin embargo, a la larga es posible que ocasione daños en el interior de la zapatilla. Si decides optar por esta opción es importante que sea un lavado con agua fría. Sobre todo, en ningún caso, utilices la secadora pues perderán la forma.
Si las manchas son leves usa una esponja empapada en agua y jabón. Para que el blanco resplandezca en tus zapatos más tiempo frótalos con almidón de maíz una vez estén secos.
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